Introducción
Mozambique se encuentra en el extremo interior del sur de África. Tiene bellas y desiertas playas, islas románticas, submarinismo y buceo, una interesante historia, y una fascinante mezcla de culturas. Se puede escoger entre unas cómodas y agradables vacaciones en la playa o una aventura por los escabrosos montes para experimentar el África más salvaje e indómita.
La costa ofrece innumerables atractivos. Mozambique tiene fama en toda la región por sus maravillosas playas, en las que se puede remolonear sobre blancas arenas bajo ondulantes palmeras o surcar las aguas de color turquesa en un dhow hasta remotos archipiélagos. Otros lugares destacados son la isla de Mozambique, con sus calles adoquinadas y sus majestuosas iglesias de la época colonial, y la isla de Ibo, con sus viejas ruinas y su atmósfera anclada en el pasado. En el interior se encuentran el Parque Nacional de Gorongosa y la Reserva Niassa, los cuales poseen panorámicas espectaculares y una rica fauna y flora, aunque para llegar a ver a los animales puede hacer falta una buena dosis de suerte y paciencia. Maputo, la animada capital del país, es diferente del resto de las ciudades de la región, con un ambiente mediterráneo, cafés en las aceras, galerías de arte y una atractiva vida nocturna. Toda la apariencia de modernidad de Mozambique –en contraste con sus vecinos más conservadores, todos ellos antiguas colonias o protectorados británicos– refleja una fusión única de influencias africanas, árabes, indias y portuguesas. Su cocina es más picante, sus ritmos más tropicales y su cadencia más pausada.
Si se prefiere algo más tranquilo, se recomienda permanecer en el sur, donde hay buenas carreteras y múltiples opciones de hospedaje. Más hacia el norte, hay que tener tiempo de sobra para moverse y estar preparado para condiciones más ásperas, aunque hay algunas sorpresas maravillosas, sobre todo en las islas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario